Por la presente le emplazo a un paseo el próximo martes por la
tarde por el Parque Buttes-Chaumont al objeto de realizar un análisis
pormenorizado de esa última novela inacabada suya que tanto le atormenta. Valiéndonos
de mis años de experiencia estudiaremos con
detalle su dubitativo inicio, su torpe nudo y en el puente de piedra,
contemplando el maravilloso Templo de Sibila, le ofreceré su salvación como
autor con un espectacular desenlace. Ese final le aportará un valor especial no
sólo a su texto sino al conjunto de toda su obra. Será el salto definitivo con
el que ingresará en selecto club de escritores
de fama inmortal.
Impacientemente suya,
La muerte
Impacientemente suya,
La muerte
Simón Rafael
Me ha gustado mucho tu microrrelato y define muy bien el prototipo de lo que ha sido hasta hace nada la vida de los escritores de culto.
ResponderEliminarOriginal y contundente, especialmente el final :)