sábado, 30 de mayo de 2015

CITA PARA UN ESCRITOR DESESPERADO




Admirado escritor:


Por la presente le emplazo a un paseo el próximo martes por la tarde por el Parque Buttes-Chaumont al objeto de realizar un análisis pormenorizado de esa última novela inacabada suya que tanto le atormenta. Valiéndonos de mis años de experiencia estudiaremos con  detalle su dubitativo inicio, su torpe nudo y en el puente de piedra, contemplando el maravilloso Templo de Sibila, le ofreceré su salvación como autor con un espectacular desenlace. Ese final le aportará un valor especial no sólo a su texto sino al conjunto de toda su obra. Será el salto definitivo con el que ingresará en selecto club de  escritores de fama inmortal.


Impacientemente suya,



La muerte



                                                                                                                       Simón Rafael

domingo, 30 de noviembre de 2014

ARTE CREA ARTE

En Detroit vive un tío que es un artista en el sentido verdadero, real, integral de la palabra, por encima del dinero, del éxito, del deseo de fama, por encima de egos y de prestigio. Una persona que tiene una concepción artística de la existencia pero no como una pose sino como una forma de ser que le nace de modo natural. El arte es consustancial a su ser, es su ser mismo. Su forma de vivir es un testimonio también de sabiduría. Dicen que era mejor que Bob Dylan, realmente es un genio. No renunció a su nombre por otro más comercial que le habría podido ayudar a ser más popular. Era igual de artista antes de que un sensacional documental (Searching for Sugar Man) lo sacara de entre la masa. Cuando sus canciones triunfaban en Sudáfrica y él, ignorándolo, seguía trabajando en una empresa de derribos, seguía siendo un artista, más si cabe. Cuando supo que era un ídolo, un icono en otro país, tampoco renunció a su vida. Se llama Rodriguez y le conocen como Sugar Man. Es la historia de un artista, de una persona que jamás renunció a sí mismo.


  

En Jerez de la Frontera vive un músico, Fernando García. Era el líder del grupo Rey de Copas y dejó la música durante diez años a raíz del accidente de su hijo. No sólo la música le une a Sugar Man. Años después de abandonar los escenarios, ignorándolo, casi al azar se da cuenta de que una de sus canciones ha tenido muchísimo éxito en otro continente musical distinto al suyo, en el de la música electrónica, después de que remezclaran y versionaran una canción suya. Ahora le llaman el Sugar Man de Jerez. Es un artista de la vida y lucha porque le den lo que en justicia le corresponde.




En esa misma ciudad hay un hombre joven que no sabía qué hacer con su vida. No encontraba su camino. Miraba a la vida desde el sentimiento, desde el arte. No sabía que su camino era ese, la mirada. La mirada retenida, la fotografía. Y cuando la conoció empezó a crecer porque todo somos semillas necesitadas de buenas condiciones para florecer.  Y así este hombre se ramificó en miles de ramas con lustrosas hojas  cuyos bellos frutos empiezan a nacer aunque todavía hayan de madurar. Él no lo sabe pero ahora está en el camino de ser también un artista. Se llama Alejandro Pérez Vega, es fotógrafo y varios meses después ver Searching for Sugar Man fotografió al Sugar Man de Jerez para un periódico.





Quizás ahora mismo, mientras escribo estas palabras, un niño esté aprendiendo a leer en otra parte del mundo. Un niño que llegará a ser un verdadero escritor.

viernes, 14 de noviembre de 2014

LA IMPUNTUALIDAD


Al despertar esta mañana una tremenda alegría de origen desconocido me inundaba. No me cuestionaba el motivo de la misma, la experimentaba como una sensación natural y habitual en mí, con sentirla me bastaba. Desayuné leche y galletas, mojando éstas en la leche y con ellas el mantel, mientras miraba absorto los dibujos animados. Se me echó el tiempo encima y salí de casa atolondrado. A la par que me colgaba la mochila terminaba de meterme la camisa por dentro del pantalón. Al menos dos veces estuve a punto de tropezar durante estas maniobras. Posteriormente vi aparcado ese coche que tanto me gusta y empecé a mirarlo a la vez que seguía caminando. Al  sobrepasarlo seguí mirándolo con la cabeza vuelta hacia él. Faltó poco para chocar con una farola. Sonó la sirena y eché a correr, fui el último en llegar y el director me riñó por mi tardanza. Me amenazó con un parte. Hace tiempo que las regañinas no producen ningún efecto en mí, si acaso nostalgia o melancolía. Dejé la escuela tras terminar mis estudios y entré en la fábrica. Treinta años después no he querido dejar de ser un niño aunque sólo sea por la falsa esperanza de que vuelvas de donde quieras que estés aunque sea para reñirme. Te quiero mamá.


sábado, 1 de noviembre de 2014

EPIDEMIA DE MIEDO

  Desperté y vi a cientos de personas tiradas en el suelo, en condiciones penosas, muriendo indignamente. Muchos de ellos eran niños, sin síntomas todavía, que permanecían al lado de sus madres agonizantes. Con ellos moría parte del futuro de este mundo. La gente huía de los enfermos y los abandonaba a su propia suerte. No existía ni siquiera la infraestructura necesaria para tratar a una población sana. En los medios apenas se ensalzaba la valentía y solidaridad de las pocas personas que permanecían junto a los enfermos. Las noticias se ocupaban fundamentalmente de los escasos contagios producidos en los países desarrollados. Entonces me levanté del sofá y apagué el televisor. Cogí el coche y me dirigí hacia el trabajo. Durante el trayecto me asaltaron algunas preguntas: ¿qué utilidad tienen los organismos internacionales?, ¿quién o qué determina el valor que tiene un vida?, ¿vale más la vida de un perro que la de un niño africano?, ¿a cuántos negros equivale la vida de un blanco?, ¿en qué momento olvidamos la solidaridad? Sumido en estas preguntas conducía como un autómata hasta que vi una luz roja. Detuve el coche a la altura del semáforo. Junto a él un adulto joven de complexión fuerte ofrecía sus pañuelos a los conductores. Subí rápidamente la ventanilla, era negro. Entonces descubrí que yo también había sido contagiado por una de las epidemias más nocivas para la humanidad, la del miedo.




miércoles, 9 de octubre de 2013

MESSAGE IN A BOTTLE

      A la orilla de un mar cristalino que lamiendo las costas de este país intenta diluir tantas vergüenzas, introduzco una fotografía y una nota en una botella que arrojo en brazos del destino para que, mecido por las olas, cumpla su propio fin.




   En el tiempo en el que se abre y se cierra el obturador de una cámara fotográfica, una bala recorre el cañón de un fusil.   Dos segundos.  Ese  es el tiempo en que tarda en cubrir una bala la longitud de un kilómetro e impactar en su objetivo. A esa distancia, enfoco a un joven soldado que se afana en instalar una bandera blanca, encaramado a un poste del tendido eléctrico. Justo en el momento en que  llega a la cima, presiono el disparador de mi cámara. Entonces, un sonido rompe en dos el mundo y el soldado cae, en peso muerto, como fruta madura que se desprende de un árbol. A continuación un silencio ensordecedor se apodera durante un breve pero interminable espacio de tiempo de todo cuanto rodea a la escena. Me pregunto, ¿habré matado yo a ese soldado?






     Contemplando nuevamente la fotografía en la terraza de un bar de mala muerte, a orillas de este mar apuro la segunda botella de un asqueroso aguardiente con sabor a hiel. Intento aliviar así el insoportable peso de esta maleta de reportero de guerra que llevo a cuestas  impregnada de sangre, llanto y desgracia y llena de barbarie, vidas truncadas y muerte. Introduzco la fotografía en la botella, mientras me pregunto si no serán mis ojos una cámara que capta imágenes que se impresionan en mi alma y juego con la idea de introducirme también en el interior de la botella y lanzarme en su interior al mar, como un mensaje de redención para la humanidad.  En ese momento, decido escribir estas palabras que espero lleguen a ser leídas algún día por alguien... o no.






sábado, 16 de marzo de 2013

HORIZONTE DE TUS OJOS




Horizonte de tus ojos

en expansión plena

me arrojo a los acantilados

del placer

mecido aún por la marejada

del mar de las infinitas mareas

me abrazo a ti como un náufrago de la vida

buscando sólo salvarme ...

y cuando rompe la ola

tendido en tu orilla de espuma

en la deriva de tu sueño navego

hasta Ítaca.

lunes, 10 de diciembre de 2012

EVA CASSIDY

Nunca he creído en aquello del pecado original. Más claro tengo que la culpable de aquella historia, en cualquier caso, no podía ser la mujer, Eva. Después de escucharla, además, es imposible  que ésta se apellidara Cassidy porque en la garganta de Eva Cassidy anidaban los ángeles. Su voz  dota a tu imaginación de las alas necesarias para volar a otros lugares, a otros momentos.
 
               
Da igual que sólo conservemos de ella versiones de canciones de otros artistas porque cada vez que oyes una de sus versiones es como si escucharas la canción por primera vez, como si siempre hubiera sido suya y tú, en el fondo, lo supieras.
 
 

Un pedazo de su alma se contiene en cada una de sus canciones y, quiero creer, que por repartirla, por entregarla con esa intensidad, al final su vida se agotó antes de tiempo. Un día nos fue arrancada y hoy sólo puede vivir en nuestros corazones. The Washington Post publicó que ella "podía cantar cualquier canción y conseguir que fuera la única música que importara”. Desde luego conmigo lo consigue, cuando la oigo sólo me importa la música. Su música.
 




Podría seguir escribiendo sobre ella y su vida, una biografía interesante. Descubrirías que tras esa sobrecogedora voz también hubo bellos gestos. Una actitud vital honesta y creativa impregnada de sensibilidad artística. Las personas que mejor la conocieron, sus padres, crearon una web  sobre ella y en  2013, se estrenará el documental Eva´s song, con el que aliviaremos en parte su ausencia.
 

 

Pero realmente sólo me interesa oir brotar su voz alimentada por el manantial de sensibilidad de su alma, y que me inunde su música haciéndome sentir que me canta sólo a mí. Y compartirlo con todos, anegando de belleza con su música este mundo.
 
 
 
 
 
     Su voz sin duda contiene destellos de arco iris.